Mirando lo invisible - 19 de Diciembre 2025
- Princesas y Guerreras

- hace 3 días
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Mirando lo invisible
2 Corintios 4. 18
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
En 2 Corintios 4: 18, el autor nos dice que no debemos concentrarnos solamente en lo que podemos ver en nuestro mundo material, sino mirar más allá de lo que es temporal y transitorio, hacia aquello que es eterno. Las “cosas que se ven” representan las dificultades, tribulaciones y desafíos de la vida diaria, mientras que “las que no se ven” representan las promesas de Dios, la vida eterna y la esperanza que se encuentra en Cristo. Al centrarnos en lo eterno, encontramos la fuerza y la paz necesarias para enfrentar las dificultades temporales.
Debemos enfocarnos en aquello que no podemos ver, lo cual puede sonar extraño a primera vista, ya que siempre se nos ha enseñado a creer en la evidencia de nuestros sentidos y a confiar en lo que vemos ante nosotras. Pero Pablo nos invita a salir de esa mentalidad limitada y empezar a pensar en lo que va más allá de lo que nuestros ojos pueden percibir. Lo que nos rodea en el mundo material es temporal, pasajero y no tiene valor más allá de esta vida, pero lo que no podemos ver, lo que es eterno, posee un valor incalculable y nos lleva a una perspectiva más espiritual de la vida.
Cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en lo que no se ve es fundamental para nuestra vida espiritual. Debemos aprender a mirar más allá de lo que nos rodea, hacia lo que es verdaderamente importante y eterno. Si nos concentramos solamente en las cosas terrenales, podemos encontrarnos en constante frustración y desesperación. Debemos resistir la tentación de obsesionarnos con las posesiones materiales, la fama, el poder o cualquier otro aspecto temporal de nuestra vida.
Al mirar a nuestro alrededor, pareciera que las preocupaciones y los deseos materiales son lo que más importa. Sin embargo, 2 Corintios 4:18 nos recuerda que hay un mundo invisible y eterno que merece nuestra atención. En el silencio de nuestro corazón, sentimos el anhelo de lo verdadero, lo duradero, y es ahí donde encontramos la paz que sobrepasa todo entendimiento. Este versículo no sólo consuela, sino que también invita a adoptar una perspectiva de fe que prioriza lo que es verdaderamente importante y duradero
¿En qué estamos basando nuestra confianza? ¿En la riqueza, el éxito o la fama?
¿Estamos viviendo con una perspectiva a corto plazo o estamos enfocados en lo eterno?
Oración:
Señor, que pueda poner mi mirada en lo eterno, en lo verdadero y no en las circunstancias que pueden llegar a atemorizarme. En el nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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