02 de Abril del 2020

Ten Calma

Marcos 4: 40

Cuántas veces en nuestra vida las tormenta,s se desatan en el momento menos esperado, en realidad no estamos preparadas para afrontarlas. Algunas son tan fuertes que parece que nos hundiremos en ellas y nos ahogaremos. Sentimos temor, o reaccionamos con enojo, nos desesperamos y terminamos tomando malas decisiones o actuando de forma incorrecta, empujadas por el ruido aterrador de la tormenta.

Jesús nos enseñó, con la situación narrada en Marcos 4: 35 - 40, a no tener temor y a conservar la calma en medio de las tormentas que se levantan en nuestra vida, porque Él está en control, aunque a veces pensemos que no lo esté o que se ha olvidado de nosotras. Jesús les enseñó a sus discípulos a enfrentar la tormenta usando la fe, pues precisamente ésta tiene el poder de detener tormentas. Él nos ha dado su Espíritu Santo, para que no tengamos temor, seamos valientes y llenas de amor para enfrentar cualquier situación que se nos presente. Dios nos dio un espíritu de fe, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7)

Cuando estamos en medio de una dificultad, como la que ahora estamos pasamos, somos como los discípulos en la barca que preguntan a Dios: ¿no tienes cuidado que perecemos?, o ¿por qué me ocurre esto a mí? ¿Somos de las que confiamos plenamente en Dios porque sabemos que Él tiene poder para ayudarnos en cualquier situación y mantenemos, por tanto, la calma y la compostura? Él está en medio de la tormenta con nosotras en la barca y no nos deja, aunque parezca que duerme. Su presencia es suficiente para ahuyentar el temor.

Con Cristo en la barca llegaremos a puerto seguro. Por eso nos dice que tengamos calma. El mundo dice: “después de la tormenta viene la calma”, Jesús dice: “en medio de la tormenta YO soy tu calma”.