Sublime adoración - 14 de Mayo 2025
- Princesas y Guerreras

- 14 may
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Sublime adoración
Mateo 26: 6-13
Versículos destacados
6 Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.En Mateo 26: 6-13, vemos a una mujer rendida a los pies de Jesús ungiéndolo con perfume, lavando Sus pies y secándolos con su cabello. Esta es una expresión de la más sublime adoración. Era María de Betania la hermana de Lázaro. Había entendido los beneficios de la gracia de Dios, se sentía tan perdonada y libre que estaba expresando su agradecimiento con amor, arrepentimiento genuino, entrega sin reservas y adoración.
La adoración es un acto de rendición a Dios, donde todo lo que hagamos exalte su nombre, así como María que al conocer la gracia de Dios derramó su ser como un perfume a Sus pies. Su motivo fue el amor, lo que llevó a agradecer por el perdón de Dios y lo que Él había hecho por ella. Deshace su cabello y comienza a limpiar los pies de Jesús con él, esta es una marca tremenda de inmodestia, pero ella no está preocupada por las normas sociales, no se preocupa por la opinión de los demás, nada en el mundo existe más que ella y Jesús en ese momento.
Hay tanto qué aprender y considerar acerca de esta mujer y su actitud. Es un acto de adoración, de amor, de aprecio, de humildad y de sacrificio. Aquí besa los pies de Jesús. Un gran acto de humildad y adoración ante la gracia de Dios. En contraste, Simón cabila en su mente sobre Jesús, “Este, si fuera profeta” se daría cuenta quién es esa mujer que lo está tocando. Simón critica los actos de Jesús y también los actos de ella. “Esta clase de mujer que toca a Jesús no debería estar ni cerca a alguien como Él”. En otras palabras, los pecadores no merecen estar en la presencia de Dios. Desconoce al Dios de gracia y misericordia, que lo había sanado de la lepra.
María entendió la grandeza del amor y la gracia de Dios que no pudo más que entregar la adoración más sublime que brotaba de su corazón lleno de gratitud y de amor por su Señor. Ella entregó, no sólo su preciado perfume, sino su corazón, todo su ser, su vida en absoluta adoración.
¿Qué ejemplo encontramos en la actitud de María?
¿Qué la motivó a ofrecer una adoración tan extravagante?
Oración:
Señor, quiero tener un corazón rendido a tí, que pueda ofrecer lo mejor de vida, en completa adoración, sin importar lo que otros puedan pensar. Que mi adoración sea fruto de la gratitud y de mi amor por tí. En el nombre del Señor, Amén.
Dios te bendiga
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