La verdadera prosperidad - 18 de Agosto 2025
- Princesas y Guerreras
- 18 ago
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La verdadera prosperidad
3 Juan 2
2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.En un mundo donde, a menudo, se mide la prosperidad por cuanto dinero hay en las cuentas bancarias, casas lujosas, carros último modelo es fácil quedar atrapado en una visión distorsionada de lo que realmente significa ser próspero. La sociedad exalta la acumulación de bienes como sinónimo de éxito, pero la Palabra de Dios nos presenta una perspectiva mucho más valiosa.
La verdadera prosperidad que ofrece Jesús no se limita a lo material. Es espiritual, eterna y llena de propósito. En 3 de Juan 2, Juan estaba deseando que su amigo tuviera éxito en todos los aspectos de su vida, incluyendo su salud física y su bienestar económico. Sin embargo, su mayor preocupación era la prosperidad espiritual de Gayo, porque él sabía que sin ésta las demás bendiciones no tienen valor duradero.
Prosperar, a los ojos de Dios, es vivir una vida alineada con Su voluntad. Es tener paz en medio de la tormenta y cultivar un corazón agradecido aún en los momentos difíciles. Es saber que tenemos un Padre que cuida de nosotras, suple nuestras necesidades y nos llama a una vida abundante, no necesariamente de bienes, sino del fruto del Espíritu.
A menudo olvidamos que la verdadera riqueza radica en nuestra conexión con Dios. La prosperidad que verdaderamente vale la pena perseguir es la que transforma el corazón, forma el carácter y nos prepara para la eternidad. Buscar la verdadera prosperidad significa poner a Dios en el centro, confiar en Su provisión y vivir para glorificarlo, sabiendo que todo lo que realmente importa ya nos ha sido dado en Cristo.
¿Cómo podemos explicar el éxito desde el punto de vista de Dios?
¿Cómo podemos llevar una vida equilibrada en la que el amor y la fe sean nuestras guías?
Oración:
Señor, enséñame a buscar la verdadera prosperidad que viene de Ti. Permíteme encontrar contentamiento en Tu presencia, vivir conforme a Tu voluntad y confiar en tu provisión. Moldea mi corazón para valorar lo eterno, no lo fugaz. En el nombre de Jesús, Amén.
Dios te bendiga
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