El peso de nuestro juicio - 30 de Junio 2025
- Princesas y Guerreras
- 30 jun
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Actualizado: 30 jun
El peso de nuestro juicio
Mateo 7: 1- 2
No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medidoEn un mundo donde es tan fácil señalar, criticar y emitir juicios, Jesús nos llama a algo radicalmente diferente: la compasión y la humildad. Mateo 7:1-2 nos recuerda que el juicio que emitimos sobre los demás tiene un eco que regresa hacia nosotras. En otras palabras, la medida que usamos será usada también con nosotras.
Este pasaje no niega la necesidad de la verdad o de discernir lo correcto de lo incorrecto. Es importante recordar que no se trata de eximir de cualquier tipo de responsabilidad a aquellos que cometen actos contrarios a la ley o a la moral, sino que se trata simplemente de no juzgar sin tener en cuenta todas las circunstancias. Jesús está apuntando a la actitud del corazón. ¿Estamos juzgando para sentirnos superiores? ¿Estamos criticando sin conocer la historia completa? ¿Lo hacemos con amor, o con dureza?
Jesús nos invita a mirar primero nuestro propio corazón. Antes de señalar la falta del otro, debemos examinar nuestras propias motivaciones, nuestras propias debilidades. Debemos sostener una actitud de apertura y comprensión hacia los demás, evitando siempre emitir juicios precipitados que puedan llegar a herir o incomodar a otros.
Debemos evitar juzgar sin antes escuchar a los demás, poniéndonos en su lugar y tratando de entender su punto de vista. También es importante evitar los prejuicios y estereotipos, tratando de conocer a las personas por quienes son y no por lo que la sociedad puede pensar de ellas. Recordemos que todos necesitamos gracia. Y la misma gracia que hemos recibido, debemos ofrecerla a los demás.
¿Estoy actuando con compasión?
¿Estoy reflejando el amor de Cristo en mis palabras y pensamientos?
Oración:
Señor, ayúdame a no juzgar con dureza. Dame ojos para ver con compasión y un corazón que refleje Tu amor. Enséñame a ser paciente y misericordioso, así como Tú lo has sido conmigo. Amén.
Dios te bendiga
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