25 de Agosto del 2020

En todo momento y en cualquier lugar

Hebreos 4: 16

Es asombroso como la tecnología nos permite conectarnos prácticamente a todo momento, y en cualquier lugar, con personas que están a kilómetros de distancia de nosotras. Las tenemos tan solo a un click de distancia. Hace algunos años esto era algo imposible de imaginar. El teléfono fijo, la cartas y los telegramas (algo que las nuevas generaciones ni imaginan que son) era la manera de mantenernos en contacto. De igual manera podemos disfrutar de una conexión ilimitada con Dios.

En la antigüedad, Dios había determinado una serie de ritos para entrar a Su presencia, sangres de becerros y machos cabríos. Y sólo el Sumo Sacerdote podía entrar al lugar santísimo, la misma presencia de Dios; y no cuando quisiera, sólo una vez al año, presentando sacrificios por sí mismo y por el pueblo

Al morir Jesús, el velo del templo, que impedía la entrada a ese lugar, se rompió, dejando así el camino al Padre abierto. Hoy tú y yo podemos entrar a la misma presencia de Dios en cualquier momento y en cualquier lugar. No importa la hora, la presencia de Dios está a tu disposición las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y sólo a una oración de distancia. Quien llega delante del Señor con humildad y sinceridad de corazón, Él no lo echa fuera.

Un motivo para agradecer al Señor es que debido al sacrificio de Jesús tenemos libre acceso a Su presencia. Este es un buen momento para acercarte a Él y disfrutar de Su comunión.