13 de Febrero del 2020

Rendición total

Mateo 26: 7

La intensidad con que María amó a Jesús, la llevó a entregarle todo a Él. Su amor la llevó a rendirse a sus pies en completa adoración a su maestro, como lo vemos en la historia relatada en Mateo 26: 7 – 10. Ella entendió la profundidad de su pecado, del cual Jesús la rescató y perdonó.

Que humildad la de esta mujer, a pesar de ser juzgada por la sociedad de la época, a ella no le importó, ella quería expresar su amor y toda su gratitud a Jesús. El amor implica entrega. Cuando amamos damos lo mejor a quien amamos y María lo hizo así, dio su mejor adoración, no sólo derramó un costoso perfume, ella entregó su vida completamente. Su adoración fue un olor grato al Señor.

Cuanto nos cuesta entregar todo, sin reservas, a quien dio todo por nosotras. Jesús no escatimó nada y vertió hasta su última gota de sangre por nosotras porque nos amó. Cuando entendemos el gran amor de nuestro Señor y lo que le costó nuestra salvación, no queda más que rendirnos ante su amor en una completa entrega y gratitud.

Nuestra comunión diaria con Dios debe ser un estado de constante humildad y una entrega total, sin reservas. Igual que un frasco de perfume derramado, podemos verter nuestras vidas a Sus pies. Allí encontraremos perdón, sanidad, nadie podrá señalarnos, es un lugar incomparable y donde encontramos completo descanso.

Princesa, Dios desea que entregues todo a Él. El busca hijas con corazones completamente rendidas en adoración a Él. Dejemos a un lado aquello que nos impide hacerlo. En Romanos 12: 1, el apóstol Pablo nos dice que debemos entregarnos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Sacrificio implica entrega muriendo a nuestro yo.