05 de Marzo del 2020
- Princesas y Guerreras
- 5 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 jun 2021
Ese lugar secreto
Marcos 1: 35
El Señor Jesús mantenía una relación constante con el Padre, buscaba estar a solas con Él, le obedecía y se mantenía en constante oración. Jesús, el Hijo de Dios, fue un hombre de oración. Es admirable leer en el Nuevo Testamento que Cristo continuamente se encontraba en oración con Su Padre, así manteniendo compañerismo constante, aunque aparentemente no necesitara esa conexión, por Él ser Dios.
El versículo de hoy, Marcos 1: 35, nos dice que para evitar distracciones, se levantó muy de mañana y se fue a lugar desierto para estar a solas con el Padre, por su popularidad era asediado por las multitudes. En esto, como en todo Él es modelo y ejemplo para todas nosotras. En el mundo de hoy estamos constantemente asaltadas con celulares, redes sociales, noticias, trabajo, hijos, estudios, etc., y un sin número de cosas que requieren nuestra atención, de modo que es necesario que reservemos tiempo para tener compañerismo con nuestro Padre celestial. Esto es clave: Reservar, si es necesario como Jesús, levantarnos más temprano de lo habitual.
Jesús se apartó a un lugar solitario. Es necesario que tú y yo tengamos un lugar sin ruidos ni interrupciones, en el que podamos estar a solas con Dios en la oración, en Su secreto. Esa es la única forma de tener la victoria sobre la tentación y poder desarrollar un carácter como el de Jesús.
Amar a Dios, implica una relación íntima, constante y que crece con el conocimiento. Entre más lo conocemos, más lo amamos, porque nos damos cuenta que Él nos amó primero, y lo conocemos en la medida que desarrollamos una intimidad con Él. Aparta y acondiciona tu lugar secreto y un tiempo especial para una cita con tu Señor.

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