03 de Abril del 2020
- Princesas y Guerreras
- 3 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 jun 2021
Aprovechando el tiempo
Efesios 5: 15 - 16
Cada una de nosotras somos unas administradoras, puesto que todo lo que tenemos le pertenece a Dios: nuestro tiempo, talentos y posesiones. Él demanda de ti y de mí, una fiel administración en cada uno de estos aspectos. Nuestro tiempo es un recurso valioso pero muchas veces mal utilizado. El tiempo no se puede devolver, no se puede estirar, no se puede acumular y mucho menos recuperar, por eso el apóstol Pablo nos dice que lo aprovechemos bien.
Este es un llamado a ser sabias en su manejo, porque los días en general están expuestos al mal, se hace necesario entonces que no dejemos pasar las oportunidades favorables mientras duren, escogiendo y usando la oportunidad para hacer el bien, buscando agradar al Señor. A veces desperdiciamos el tiempo en los chats, navegando en internet, hablando por teléfono o viendo mucha televisión y decimos que no nos alcanza, por eso hay que tener un equilibrio para poder cumplir con todo; con el trabajo, estudios, quehaceres de la casa, con el cuidado de los niños.
El mundo está sumido en oscuridad y no podemos ignorarlo, necesitamos sacar tiempo para llevar el mensaje del Señor, porque podemos iluminar la vida de los no creyentes. Este es un trabajo conjunto con el Espíritu Santo, no temamos ser luz y pidamos que nos ayude a usar bien cada momento que nos da para compartir la verdad de Dios.
El tiempo más valioso, es el tiempo que apartamos para estar en la presencia de Dios, es el tiempo quieto con Él, donde dejamos a un lado la rutina diaria para dedicarnos a la oración y a la meditación de su Palabra. Es el tiempo mejor invertido, porque podemos entregarle todas nuestras cargas, todo lo que vayamos a hacer durante el día para que nos ayude, nos dirija y nos fortalezca. Este tiempo siempre será atacado por el enemigo, que se interpone para que no recibamos la influencia de Dios e impactemos nuestro entorno. Ser una buena administradora del tiempo nos enseña a establecer prioridades, a agendar las cosas importantes y realizarlas en orden, como le agrada al Señor. ¿Qué estamos haciendo con las riquezas del tiempo que Dios nos ha dado? Siempre tendremos suficiente tiempo para hacer la voluntad de Dios.

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