Una Boda Real - 23 de Enero 2024

Princesas y Guerreras
23 ene 2024
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Una Boda Real

Apocalípsis 19:6-8

Oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: «¡Aleluya!Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria,Porque las bodas del Cordero han llegado y Su esposa se ha preparado». Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio,Porque las acciones justas de los santos son el lino fino.

El 1 de junio de 2023 fue la boda del príncipe heredero Hussein bin Abdallah con Rajwa, una heredera saudí. Durante meses el reino hashemita de Jordania se estuvo preparando para este magno acontecimiento; con mucha alegría y expectativa. Tuve la oportunidad de estar en ese país durante la preparación y el día de la boda; no quise ver la transmisión por televisión sino estar entre la multitud para ver en vivo el cortejo real. Al evento asistieron representantes de varios reinos de Europa, Asia y Africa; así como diplomáticos de muchos otros países. Mis amigos y yo estábamos entre la multitud, que no estábamos invitados a la ceremonia y a las fiestas oficiales; pero como habitante del reino; si estábamos todos invitados a compartir el gozo de la familia real y de la nueva familia que estaba por formarse. Por parte de la familia real, había personal encargado para repartir agua y “maamoul” (dulce típico jordano) para todos los que estaban en las calles esperando el cortejo.

En medio del alborozo, de música, gritos de alegría y algunas de impaciencia por la larga espera, vimos pasar a los recién casados; al príncipe y a su ahora princesa vestida de blanco. Qué alegría teníamos todos; unos gritaban, otros bailaban y alzaban banderas y algunos lloraban. Para mi, como hija del Dios Todopoderoso, fue imposible no pensar en las bodas del Cordero; las bodas de Cristo con su Iglesia… Y en ese instante recordé una Palabra que el Señor nos había dado mucho tiempo atrás: ese día no estarás allí como los que sirven, no estarás como la multitud, ni siquiera como un invitado, ¡En esa boda tú serás la novia! No pude evitar las lagrimas, ante la realidad de esa boda de la que participaremos todos aquellos que anhelamos su venida.

Desde que conocí a mi Salvador y Señor, no dejo de esperar ese día; por lo cual me sorprende que algunas personas parecen ignorar que este evento es real. Ahora bien, ya el apóstol Pedro nos advirtió que esto pasaría; que debido a lo que parece ser tardanza, muchos empezarían a dudar: El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Lo que nosotros percibimos como tardanza, en realidad es Su Paciencia y Su Bondad que espera para que todos procedan al arrepentimiento y puedan participar de esa boda como la novia de Su Hijo.

Entre los que estábamos a ambos lados de la calle, esperando que pasara el cortejo; observe que había personas vestidas con ropas ligeras para el inclemente clima veranero; pero muchos otros estaban con sus mejores galas, a pesar que no eran invitados oficiales. Ellos entendían que, si es una boda real, hay que vestirse de la manera correcta. El pasaje en el principio, nos habla de que a la novia se le ha concedido vestirse de lino fino y resplandeciente. Yo te pregunto, ¿Ya se te concedió vestirte de lino fino y resplandeciente porque conoces a Jesús como Señor y Salvador? ¿Ya te has puesto a cuenta con tu Señor y Salvador? Es mi esperanza que podamos vernos en esa boda, como esa novia vestida de lino, que fue lavada por la sangre del Cordero Santo. Amen.