La paciencia es fruto del Espíritu Santo - 18 de Junio 2024

Princesas y Guerreras
18 jun 2024
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Actualizado: 18 jun 2024

La paciencia es fruto del Espíritu Santo

Gálatas 5: 22-23

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Para muchas de nosotras, la paciencia no es natural. Además de ser impacientes con las personas que nos rodean, o incluso con nosotras mismas, a veces somos impacientes con Dios. Podríamos haber orado por algo que es importante para nosotras y desanimarnos cuando Dios no responde de inmediato a nuestras solicitudes. Tendemos a pensar que Dios es «lento para cumplir Su promesa».

Ser pacientes no es algo que podamos lograr nosotras mismas. Dependemos del Espíritu Santo que habita en nosotras, Por eso es una de las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestras vidas (Gálatas 5:22-23). Una persona paciente es apacible, amable y constante en toda circunstancia. La verdadera prueba de la paciencia no está en la espera, sino en cómo se conduce uno mientras espera. “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:4).

Llegar a ese punto demanda la gracia de Dios, y una disposición de poner el yo a un lado y entregarse a la dirección del Espíritu Santo. Las buenas noticias son que, si aprendemos paciencia, estaremos en condiciones de recibir también muchas otras bendiciones de Dios. Dios es paciente y misericordioso con nosotras, así que al ser pacientes nos parecemos más a Él.

Cuando la Biblia habla de paciencia, sobre todo como uno de los frutos del Espíritu habla de ella como una virtud que va mucho más allá de la mera habilidad de esperar algún beneficio futuro. Se trata más bien, del descanso o la paz del alma que confía en el tiempo perfecto de Dios, sabiendo que Su voluntad y Su tiempo son buenos, porque Él es bueno.

¿Qué es la paciencia?

¿Reconoces el fruto de la paciencia en tu vida?

Oración:

Señor, se que muchas veces no soy tan paciente, como Tu quieres que lo sea. Por eso te pido que el Espíritu Santo siga desarrollando la paciencia en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.

Dios te bendiga

Categoría: El fruto del Espíritu Santo